viernes, 23 de abril de 2010

Viernes

De noche en abril, hundida hasta los tobillos, cada sorbo de aire sucio me resta meses de vida. No mucho más tarde, como polvo en la tierra y agua en la lluvia, chocaré adrede contra la curvatura de tus nudillos. Así perdería el conocimiento en plena sonrisa muerta, imposible; pero sonrisa aún así.

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