Me pierdo en esta madeja azul de pensamientos.
Olor a cobre y polvo de asfalto, cuchillas que no buscan víctima... como preparar un buen bizcocho o algo así, el tiempo empleado merece la pena. Y casi disfruto más del proceso que del resultado, de los sonidos, texturas y universos paralelos. Me sería imposible permanecer estática en este mundo cuando me sumerjo ahí, en el azul más profundo, en el azul enredado, en un azul que no es frío pero es puro.
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