Otro sueño. Y el anterior se descompone impaciente, tras una cortina de niebla densa. Quién lo iba a pensar, después de tanto sol y tanta luz.
Ojos cansados y palabras inconexas, en algún idioma que no entiendo, cortando en trocitos desiguales una supuesta madurez que se desmigaja, pasada de fecha.
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