viernes, 5 de octubre de 2012

Langtidsvarsel

Llueve contra los cristales, como todos los días. Y no sé muy bien dónde estoy ni si me he despertado ya.
Sueño con lugares y gente en los que (creo) no pienso durante el día. Entonces, condimento algunos amaneceres con una sonrisa enorme dibujada en la cara, mientras otros se presentan templados, pesados y grises.

Echo de menos no pensar en nadie. Me producía una autoconfianza extremadamente tranquilizadora. Yo y el tiempo en toda su amplitud, sea frío o cálido, rápido o lento, a solas como dos amantes ciegos.

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