Nada.
Qué si no.
Necesito más calor en mi piel, mucho más. Rayos de sol que chorreen hasta el suelo dejándolo todo perdido de lunares y cicatrices.
Sol de amanecer.
Pero aquí siempre es de día y el amanecer inncesario.
(Si luego me rompe en dos no me haré responsable.)
Al menos hazte de noche o cierra los ojos o tápatelos con una mano mientras me buscas con la otra. Qué bonito sería el color rojo a tu lado.
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