miércoles, 29 de mayo de 2013

Me apetece abrirme en dos como una semilla en tierra húmeda, brotar de entre sangre y despojos en forma de tallo y escalar en el aire hasta la luz solar. No hay nada, nada ni nadie ni nunca ni oh... qué más dará. Las costillas abiertas, el hueso blanco contra el negro del mundo, frío al respirar y calor al no hacerlo.

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