viernes, 2 de diciembre de 2011

La [···]

Yo también quiero estar con la [···] posada en el brazo.
No ser más quien dialoga con un espectador que, en realidad, no quiere escuchar. Por mucho que uno se arranque las venas y las pegue al papel, el dibujo sigue en silencio.
El antes mencionado espectador, se ríe de la [···], como quien señala sonriendo a un pájaro que reposa al otro lado de la jaula: Míralo, míralo, ¿y a eso es a lo que llaman [···]?

2 comentarios: